viernes, 25 de abril de 2008

Purgatorio


Queridas y queridos, queridos y queridas: mañana, cuando aún no haya salido el sol, me envían al purgatorio. Como lo oís. Se ve que he sido mala muy mala en los últimos tiempos y las altas esferas han decidido que, para que no me vea irremediablemente abocada al ardor de los fuegos infernales cuando me saquen definitivamente de este mundo, tengo que pasar unos cuantos días purgando los muchos pecados que he debido de acumular hasta ahora.

Supongo que piensan que si tengo ya la ocasión de comprobar cuánto grado de sufrimiento necesita la purificación de un alma tan manchada como la mía, tal vez comience ya a corregir mi conducta y así consiga librarme de la bajada directa a los infiernos que me espera de no hacerlo. O quizá la cuestión no sea tan grave. Simplemente se han encontrado ahora con una plaza vacante, y se han dicho: "Oye, mira, no vaya a ser que cuando le toque no le encontremos sitio y así, para entonces, ya tiene unos días de purgatorio cumplidos y luego hasta nos lo va a agradecer". Vete tú a saber. ¿No dicen que los designios divinos son inescrutables? Pues eso, yo escrutarlos, desde luego que no los escruto.

Bueno, la verdad es que no lo estoy contando como realmente ha sucedido. Mi purgatorio comenzó hace ya unos cuantos meses y, cómo no, algo tuve que ver en todo ello. Presionada por una serie de circunstancias, no fui capaz de decir que NO a algo a lo que siempre había sabido que tenía que decir que NO. Ya véis, con lo fácil que resulta pronunciar esta palabra: NO. Si hubiera tenido que pronunciar, por ejemplo, idiosincrásico, aún podría entenderse que se me hubiera trabado la lengua. Pero sólo tenía que decir que NO. Y no lo hice porque no supe cómo hacerlo. Para que luego digan que la ignorancia es sinónimo de felicidad. ¡Ja! Y como la hipotética existencia de una justicia universal parece siempre querer probarse en aquello de que los errores se pagan -mucho menos frecuentemente, hay que joderse, en la recompensa por los aciertos-, llevo pagando por este error, a un ritmo de intensidad creciente, durante bastante meses.

Mañana comienza el pago de la mayor parte de esa deuda, según el balance de errores y aciertos que todos llevamos en nuestras cuentas corrientes del banco divino, contraída por mi equivocación. Será la última estación de mi particular purgatorio, pero también la más dura. Puedo ya anticipar algunas de las torturas y tormentos que me esperan, y tiemblo ante su mera idea. Pero habrá que ser fuerte y resistir porque me han garantizado que tendrá un tiempo limitado. Ya lo dicen: Dios aprieta pero no ahoga. Aún no puedo imaginarme con qué secuelas, cicatrices, traumas o miembros de menos, pero en una semana me devolverán a casa.

Sería una grata sorpresa descubrir que también en este último tramo del purgatorio pueden vivirse momentos de disfrute. Que de cuando en cuando tus torturadores te ofrecen un vinito para aliviar los dolores y te hacen cosquillas para que te rías un rato. Quiero confiar en ello, agarrándome a eso que de pequeñitos nos contaban sobre la infinita bondad divina. Ojalá.

Pero aunque así fuera, ya sabéis: sed buenos mientras estoy ausente, no vaya a ser que os pase como a mí, y tomando ejemplo de mi experiencia, seguid ejercitándoos en el difícil arte de decir que NO a todo aquello a lo que la cabeza y el corazón saben y siempre han sabido que hay decir que NO. Que todo SÍ equivocado no es más que una cesión gratuita a la muerte en lugar de una afirmación a la vida. Yo, desde luego, volveré si sobrevivo con la lección bien aprendida. O eso espero.

Y deseadme muchos ánimos y fuerzas, que las voy a necesitar.

¡Miles de besos para todos y todas y hasta mi vuelta!


32 comentarios:

NoSurrender dijo...

Seguro que el Purgatorio tiene algo interesante, doctora. Aunque sólo sea como experiencia antropológica. Además, ¡seguro que hay cerveza!

Cuando mi amigo Xoel canta esa canción en cualquiera de sus conciertos, el público reacciona como con ninguna otra. ¿Por qué? Se lo he dicho a él mismo varias veces; porque conecta muy bien con un sentimiento demasiado universal, que es esa impotencia de no haber sabido cómo decir NO en algún momento. Oh, pero usted lo expresa mucho mejor, doctora Antígona.

En fin, doctora, lleve usted calzado cómodo en el Purgatorio, beba mucha agua y no se me purifique demasiado, que ya está usted bien así. Pero vuelva pronto y entera. Será un placer reencontrarla de nuevo.

Un beso, doctora Antígona!

Antígona dijo...

Ay, doctor Lagarto, si no dudo que a lo mejor la experiencia pueda tener algo de interesante y ya sabe usted que a mí la antropología me interesa mucho, pero los trabajos de campo, ¡prefiero que los hagan otros! Y por dios, no les dé usted ideas a mis torturadores que a mí la cerveza no me gusta y no vaya a ser que uno de los tormentos consista en hacerme beber litros y litros… ¡Que yo sólo quiero un vinito con la cena!

Tiene usted mucha razón cuando le dice esas cosas a su amigo Xoel con respecto a su canción. La incapacidad para decir que no a tiempo es un defecto bastante generalizado y creo que todos hemos sentido en algún momento el peso de la carga de no haber sabido negarnos a algo. Tenemos tal vez demasiado miedo a defraudar a quien nos pide algo, nos atribuimos responsabilidades figuradas, sobrevaloramos incluso nuestra capacidad de darnos a según quiénes y de qué manera. Y no nos damos cuenta de que detrás de ese forzado decir que sí le estamos también diciendo que no a cosas mucho más esenciales que se van a ver alteradas por ese jodido sí.

Calzado cómodo me llevo, sí, pero ¿mucha agua? No me asuste, doctor, que ya me figuro yo que el purgatorio anda cerca de los infiernos, pero confío en que el calor aún no sea abrasador. Lo de purificarme, veremos. Todo sea que la experiencia sólo despierte aún más mi espíritu de contradicción y regrese hecha un diablillo. Intentaré volver entera, y a ser posible no tullida. Mire que si me hacen polvo los deditos y luego no puedo escribir... Recemos –jeje, ya voy haciendo méritos- por que no.

¡Un beso, doctor Lagarto!

Miss.Burton dijo...

Guapa, me he perdido, no entiendo nada... purgatorio... infierno...????¿¿¿
Sólo puedo decirte que soy de las tuyas, las que no saben decir no y se encuentran con consecuencias nefastas y cagadas de esas que luego se repiten, porque una repite el no saber decir no.
Dentro de la tragedia que te toque, ya sabes, con ese sentido común, y esa sabiduría de otras vidas, seguro sacas algo bueno, y sino, oye, alistarnos en algún ejército de cabronas y aprender de una vez por todas a pnernos en nuestro sitio, y por fin pujar por lo que sólo sea beneficioso, si al final todo se reduce a vivir como uno le de la gana, y eso hay que hacerlo ya¡
Consejos vendo y para mi no tengo..
Que te quiero mucho, cuídate, y coño, vuelveeeeeeeeee yaaaaaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Seguro que vuelve contando que se lo ha pasado de maravilla.

Cuando vas con expectativas cero es cuando todo te sorprende.

Venga, púrgate bien, llénate los ojos de cosas bonitas y juega a ser nueva en cualquier sitio.

Aprovecha lo bueno que brinda el purgatorio.

Un beso, y feliz retorno.

Árbol.

Anónimo dijo...

Coño, Antígona... lo pinta usted como si tuviese que irse de crucero con la familia...

Seguro que al final no es para tanto y vuelve con los ojos y esos deditos que teme usted perder llenos de maravillas.

¿Nos las contará, verdad?

Besos... y suerte!

El veí de dalt dijo...

¡Seguro que has firmado una hipoteca! ¿A cuántos meses?

c.e.t.i.n.a. dijo...

Ja, ja,...Al principio pensaba que el purgatorio era alguna celebración familiar tipo bodorrio, pero al leer entre líneas los comentarios creo haber entendido que tiene algo que ver con algún tipo de salida a la montaña. Caliente, caliente???

Si es así, disfruta del maravilloso día primaveral, que luego llegan los calores y no hay quien aguante la solana.

Un beso

k dijo...

Llego tarde, no creo que puedas ver mi comentario hasta tu vuelta del purgatorio.

Estoy de acuerdo con Árbol: tu ausencia de expectativas es positiva en este caso. Cualquier rayo de sol será bienvenido.

A ver si es verdad que hemos aprendido la lección (todos, usando tu experiencia, y tú la primera).

Me encanta tu forma de no tomarte en serio, ¿sabes? :)

Ánimo. Todo llega.

Arcángel Mirón dijo...

Iba a decir que seguramente el purgatorio tiene un bar donde pasar el rato, pero nuestro querido Lagarto ya dijo algo parecido.

Bien, lo digo igual. Bebamos todos juntos, y a tu salud.

Anónimo dijo...

Antígona,apuesto a que ese purgatorio resultará de lo más aleccionador, porque lo que no te mata te hace más fuerte e incluso para levantarte necesitas la ayuda del suelo, así que a extraer el jugo y la lección, porque a veces se extrae mucho más de lo esperado de la sombra que de la luz.
Un abrazo, y espero vuelvas fuerte y más sabia,si cabe.

Tako dijo...

¿Y cómo es que este purgatorio no me parece malo? Quizá es que yo he imaginado uno concreto y por ello no puedo más que desearte suerte mientras sonrío.

Y si mi imaginación no acierta (estas cosas pasan, oyes) al menos, como ya te dije una vez, podrás tomarte unas cervezas con Dante.

Besos enormes

dErsu_ dijo...

Ánimos, ánimos, y aquí le dejo un maestro del No, que más vale tarde que nunca:

http://www.youtube.com/watch?v=ioUTBL3dlnw

Dante Bertini dijo...

podría usted buscar un libro donde aprender a decir otros vocablos...
Se llama "Cuando digo que no me siento culpable".
Lo recomiendo.

Mityu dijo...

Ah... por más que intento leer entre líneas ese ríctus de sufrimiento que lleva implícito el purgatorio no consigo detectarlo, querida Antígona.
Sé que te manejas bien con las palabras, pero... no habrás exagerado un pelín? Tiene pinta de blandatorio o algo así...:P

En cualquier caso aquí estaremos esperando tu regreso.

Cientos de besos enfáticos

koolauleproso dijo...

Hace muchísimo tiempo, realizaste un post sobre el cine porno.
Yo te comenté qu también tenía previsto realizar uno sobre el mismo tema (como casi siempre me dejé llevar por mi insuperable pereza, y no hice nada).
Esto viene porque aquel posr iba a dedicarlo a una de las películas pioneras de un género que, en los 70 y 80 prometía mucho, pero que con la llegada del vídeo, se quedó en un absurdo y reiterativo "mete-saca".
Este rollazo viene a que tu entrada me ha traído a la memoria la ecelente "El diablo en la señorita Jones", donde Gerar Damiano reflexiona, a su manera, sobre el cielo y el infierno; y en el antológico final de esta sorprendente película un ángel (interpretado por el mismo Damiano) pone en duda la pertinencia de cielo e infierno.

Pero, en fin, 1973 eran otras épocas.

un beso, y vuelve con ánimos

juan rafael dijo...

A mi no me es fácil decir NO, será por eso que quien quiere me lleva por donde le da la gana. Besos y no sufras mucho.

Anónimo dijo...

yo ya paso de purgatorios. Cuando vivía en un cuarto sin ascensor, en un bloque más viejo que la abuela de franco, tenía que purgatoriar los radiadores cada 2x3. Ahora que vivo en un primero esto es la gloria.
hmmm, este escrito no va de fontanería doméstica, no? perdona, es la resaca... ;)

Antígona dijo...

¡¡¡¡¡YA ESTOY DE VUELTA!!!!!

¡¡¡¡¡Y SOBREVIVO!!!!!

Con más secuelas y cicatrices de las que imaginaba, eso sí, y más muerta que viva, pero al menos el mal trago ha pasado y una vez me recupere todo esto quedará, espero, en una horrible pesadilla por la que NUNCA, ¡¡¡NUNCA!!!, pienso volver a pasar. ¡Antes me meto en un comando terrorista! :)

Mañana, cuando haya recobrado un poco más de fuerzas, os respondo a todos y empiezo a pasarme por vuestras casas.

Y muchas gracias por los ánimos. Seguro que han contribuido, aunque sólo ahora haya podido leerlos, a que haya podido sobrellevar mejor estos días tan duros.

¡Besos a todos y todas!

Anónimo dijo...

venga, mujer, seguro que no fue tan terrible como las pelis de directores nórdicos. ;)
recupera la vida pronto!

Anónimo dijo...

ja,ja,ja,ja,ja,ja
Cosaco eres de lo que no hay!
Antígona,ave Fénix,bienvenida a tu casa!

Antígona dijo...

Delirium, es normal que te pierdas, es que ya sabes que me gusta jugar un poco al despiste :)

No saber decir NO a determinadas cosas puede traer consecuencias nefastas, sí, pese a que imagino que en algunos casos también podría traer agradables sorpresas. Pero en mi caso concreto, no va a haber repetición. ¡Por encima de mi cadáver!

¿Si he sacado algo bueno? Tal vez aún sea pronto para valorarlo. Por el momento tengo suficiente con lamerme las heridas y tratar de recuperarme físicamente, que me va a costar lo suyo. Lo de alistarnos en un ejército de cabronas y aprender a ponernos en nuestro sitio no me parece mala idea, la verdad. Cuando sea la próxima convocatoria avisa, eh? Aunque para lo que he tenido que vivir, vengo, que no te quepa duda, con la lección bien aprendida.

Cuídate mucho tú también y ¡un millón de besos!

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Ay, arbolillo, me temo que de pasarlo de maravilla, nada. Mis momentos de risas he tenido en el purgatorio, eso no lo voy a negar, pero se reducen a poco en comparación con los momentos de sufrimiento y tensión, que han sido muchos y muy malos, por circunstancias varias.

Y también es verdad que alguna sorpresa ha habido. Pero este cuerpecillo peso pluma y medio friki que me ha tocado en suerte aguanta pocos trotes y no ha dejado de jugarme malas pasadas que aún estoy padeciendo, hasta el punto de que las pequeñas sorpresas sólo han representado un ligero alivio en medio de tanta calamidad.

Lo importante es que ya ha pasado. Y que estoy viva, un pelín maltrecha pero viva.

¡Un beso enorme!

Antígona dijo...

Amigo Carrascus, mi purgatorio ha sido mucho peor que un crucero con la familia. ¡Pero mucho mucho peor!

¿Qué no ha sido para tanto? Ayss, si yo le contara. ¡De anécdotas desagradables e improperios tengo para llenar un carro!

Ya se lo contaré un día de estos delante de ese vinito y esas gambas que le debo para que discutamos largo y tendido sobre Bergman. Nos vendrá bien algún inciso más prosaico para no acalorarnos demasiado con la discusión ;)

¡Un beso!

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No, veí, no, por ese calvario aún no he tenido que pasar. Pero me figuro que no me libraré, tarde o temprano. Como suele decirse, “a todo cerdo le llega su San Martín” ;)

¡Un beso!

Antígona dijo...

Bueno, C.E.T.I.N.A., ni celebración familiar ni tampoco salida a la montaña. Ahora, te aseguro que hoy me siento como si hubiera tenido que subir al Everest tres veces seguidas. ¡Y en medio de una tormenta de nieve!

Al menos días primaverales he tenido, eso sí, pero también frío y lluvia. Siete días de purgatorio dan para mucho y ya sabemos que al purgatorio no se va precisamente para disfrutar sino a purgar pecados. ¡Y yo debía tener en mi cuenta corriente más de los que me imaginaba!

¡Un beso!

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Tranquila, K, es un placer estar de vuelta y leer vuestros comentarios.

Como le decía al árbol, algún rayito de sol ha habido, sí. Es más, al final de cada día he tratado, cuando me han llegado las fuerzas, de pensar en ellos y tratar de retenerlos en la memoria. Pero no han sido muchos y en algunos momentos de poca ayuda han servido. El pensamiento que más se me imponía cada noche era, ¡uff, ya queda un día menos! No sabes qué ganas tenía de que todo terminara.

Yo creo que he aprendido la lección con creces. Si se me vuelve a plantear un trabajo de este tipo, la respuesta va a ser el NO más rotundo que sea capaz de pronunciar.

Jajaja, hay veces que no le queda a uno más remedio que no tomarse en serio. De lo contrario, ¡me hubiera puesto a llorar a moco tendido! :)

¡Un gran beso, K!

Antígona dijo...

Arcángel, el purgatorio tenía algunos bares, sí. Pero todos sabemos que un bar puede ser también un lugar infernal cuando quienes te acompañan bebiendo no son ni de lejos la compañía que uno desearía. Entonces hasta la mejor cerveza o el mejor vino te pueden sentar mal.

Yo brindo hoy por los bares terrenales y por la buena compañía que uno puede disfrutar en ellos ¡Los del purgatorio espero no volver a pisarlos! ¡A vuestra salud!

¡Un beso!

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Troyana, yo ahora mismo no sé si este purgatorio me habrá hecho más fuerte. Lo que es por el momento, ¡me ha dejado hecha unas bragas! :) En cualquier caso, supongo que el haber tenido que enfrentarme a situaciones como esta me habrá enseñado cosas que ahora mismo, con todo tan reciente, aún no soy capaz de ver. Aunque lo que sí tal vez haya comprobado es que nuestra capacidad de resistencia es por lo general mayor de lo que somos capaces de anticipar. Pero te aseguro que no estoy dispuesta a comprobarlo una segunda vez, al menos si de mi voluntad depende.

¡Un abrazo y un beso!

Antígona dijo...

Ay, Tako, Tako, ya me hubiera gustado a mí verte en ese purgatorio a ver si después opinabas lo mismo :P

Porque además, para más inri, la suerte no se puso al comienzo precisamente de mi lado sino todo lo contrario. Pero ahora que ya ha pasado, y cuando me recupere dentro de unos días, creo que yo también podré sonreír al recordar algunas situaciones.

Si hubiera podido tomarme esas cervezas con Dante todo hubiera ido mucho mejor. Pero el tipo no sé por dónde andaba que no lo vi y no me quedó más remedio que tomármelas con algunos de mis torturadores, unos seres anodinos y aburridos con los que sólo podía tratar de disimular los bostezos. Nada memorable, tenlo por seguro.

¡Un beso grande grande!

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Muchas gracias, Dersu, tanto por los ánimos como por la canción de Raimon, que no conocía. La tendré bien presente siempre que me sienta incapaz de decir que no a algo que sé positivamente que tengo que decir que no.

¡Un beso!

Antígona dijo...

En efecto, Cacho de pan, creo que el diagnóstico que se lee en el título del libro es acertado: tendemos a sentirnos culpables cuando decimos que no. Por desgracia, vivimos en la tradición de la culpa y el peso que esa tradición tiene sobre nosotros opera aún con demasiada fuerza. Pero hay que librarse de ella. Y cuanto antes mejor.

Gracias por la recomendación y ¡un beso!

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Bueno, Mityu, supongo que también dependerá de las personas. Lo que para mí ha sido un purgatorio podría tal vez no haberlo sido para otros. Pero en mi caso, y conociéndome ya un poco a estas alturas, no me equivoqué al calificarlo de tal, y eso sin saber muchos de los contratiempos imprevistos que me aguardaban. Sobre todo los primeros días, pensé que en lugar de al purgatorio, ¡me habían enviado directamente al infierno! Pero lo importante es que ya ha pasado, y con ello ha terminado también todo un proceso de purga que ha durado demasiados meses.

Gracias por tus cientos de besos enfáticos, aquí tienes otros tantos igual de enfáticos: ¡¡¡MUAAAAACKSSSSSS!!! :)

Antígona dijo...

Caray, Koolau, lo que menos me esperaba en un post como este era un comentario sobre el cine porno :)

No me va a mí mucho ese género, pero lo que cuentas sobre la peli de Damiano parece interesante. A ver si un día de estos dejas de lado la pereza y nos regalas ese post sobre ella. No me extraña, por otra parte, que ese ángel ponga en duda la pertinencia de cielo e infierno. Que si el infierno se nos presenta como un lugar de dolores insufribles, imaginarme en el cielo no deja de provocarme bostezos. Nada, ni lo uno ni lo otro. No sirven para nuestra humana realidad esas nítidas distinciones entre lo bueno y lo malo. En nosotros todo es mucho más complejo, sutil, y precisamente por ello mucho más interesante.

Las fuerzas y los ánimos los voy recuperando poco a poco. Todo es cuestión de unos días de reposo y descanso.

¡Un beso!

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Juan Rafael, en esto del amor es donde quizás más difícil nos resulte decir que no. Pero también es preciso aprender a hacerlo. Si el lugar al que el otro nos lleva no es el lugar en el que queremos estar, entonces es que algo está fallando, y se hace necesaria la negación, o al menos el pacto.

¡Un beso!

Antígona dijo...

Cosaco, por ese purgatorio tampoco he tenido que pasar yo, sencillamente, ¡porque nunca he tenido radiadores! :P

¿Qué habrás hecho, pecador, para tener esa resaca? Les voy a mandar una cartita a las altas esferas, ahora que ya hemos entrado en contacto, para que te vigilen bien y no duden en enseñarte lo que vale un peine si sigues cometiendo excesos… Creo que les voy a sugerir una sesión de 24 horas de cine de Bergman, atado con una camisa de fuerza y con unos aparatejos en los párpados para que no puedas cerrar los ojos como los que le ponían al protagonista de “La naranja mecánica”. Todo sea para que no acabes en el infierno :P

Ya me voy recuperando, ya.

¡Un beso!

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Ay, Troyana, este Cosaco es un provocador nato :)

Me considero más que bienvenida. ¡Qué bien se está en casa de nuevo!

¡Otro abrazo y más besos!

Miss.Burton dijo...

joder, me dejas acojonada, creo que voy a ir montndo el ejército de japutas, llamaré al arbol, que la veo madera de capitana, y yo de coroneljefe, y tu.. bueno, como veo que vienes aleccionada y preparadísima, quizás haya que nombrarte algo grande, ah, y no te preocupes, no se necesita uniforme, eso sí, venderse un poco... quizás.
UN BESAZO FUERTE, Y OYE, PORFA, AVISA SI VIENES POR LA CAPITAL, porque tus ojitos bonitos tmpoco me los quiero perder yo.
GUAPAAAAAAAAAAAAAAAAAAA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Hablamos pronto, lo siento, aprender lecciones está bien, pero cuando uno se deja la piel, que es casi a menudo... no se... es duro, y es feo, casi siempre es por cosas feas, y lo siento, de verdad.
Yo tpoco tengo muchas cosas de las que enorgullecerme, y te aseguro que estoy haciéndome de hierro, porque... no me queda otra opción, o salgo del charco, o me hundo, y nunca fuí yo de dar la razón a esos imbéciles que creían que podrían conmigo. No, conmigo sólo puede lo que es de verdad, lo que daña aún sin querer, los que me rozan y me miman todos los días, esos sí podrían hacer daño, pero... esos son buenos. Voy por la alfombra roja y toda la mierda debajo de ella.
Un besazo mugrande,
Delirium

Anónimo dijo...

Hola Antígona!!

Hace tiempo que no pasaba por aquí y hoy me encuentro con la noticia de que has pasado por algún purgatorio, hospital o vaya usted a saber... Me alegro de que estés viva y estés bien, y te mando un beso grande. JJ

Poledra dijo...

Osease, has sobrevivido? :-)

Yo que te quería dar ánimos...

Bueno, me ha gustado el post, aunque sin conocerte, me ha entrado la necesidad de darte una palmadita en la espalda.

Un abrazo

Antígona dijo...

Tranquila, Delirium, ya sabes que lo mío tampoco ha sido tan grave, así que me conformo con ser soldado raso ;)

Y claro que te aviso, mujer, en cuanto vaya con tiempo y un poco de tranquilidad, que es lo que menos tengo últimamente.

Es duro aprender lecciones, sí, pero absolutamente necesario. El tiempo no puede pasar en balde para nadie, y malo si lo hace, porque la piel curtida nos protege y sólo se adquiere a fuerza de resistir los golpes y no de soslayarlos. ¡Como si hubiera además forma de evitarlos! De hundirse en el charco, nada. Y ya sabes, si las fuerzas flaquean, tienes muchas manos que te tenderán todos los flotadores que hagan falta. ¡Eso ni lo dudes!

Un beso enorme, guapísima, ¡y a seguir haciéndose de hierro hasta que amaine la tormenta!

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¡Hola, JJ! Me alegra mucho verte por aquí. Sí, estoy bien, recuperándome poco a poco de mi purgatorio, que por suerte no ha tenido que ver con hospital alguno. Te debo mail desde hace mil años. En cuanto encuentre un ratillo me pongo a ello.

¡Un gran beso!

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Sobreviví, Poledra, sobreviví. ¿No dicen aquello de que mala hierba nunca muere? Pues eso :)

Gracias por tus ánimos y por pasarte por aquí, y bienvenida a esta casa.

¡Un beso!