jueves, 29 de marzo de 2007

Lugares


Cuando nos enseñaron el mapa y pudimos empezar interpretarlo, vimos que ante nosotros se abrían múltiples y diferentes caminos. Unos conducían a un prado soleado lleno de amapolas. Otros a un pequeño risco en la ladera de una montaña. Otros a la orilla de un río. Por alguno de esos destinos había que decidirse. Valoramos pros y contras. El prado era cálido pero tal vez un poco monótono. El risco parecía un poco incómodo pero ofrecía vistas grandiosas. Junto a la orilla del río nunca nos faltaría agua fresca, pero quizás hiciera demasiada humedad. Al final elegimos un lugar. Desde él nos asomamos cada mañana al mundo. Es nuestro lugar, aquél por el que optamos. Hemos aprendido a reconocerlo, a sacarle partido, a disfrutar de sus ventajas. Sabemos que hay otros lugares. Que podíamos haber optado por ellos. Pero también sabemos que si nos decidimos por ése que habitamos fue por razones que probablemente aún nos convencen.


Sin embargo, a veces nos es dado conocer un poco más de cerca alguno de aquellos lugares que no son el nuestro. Aquellos lugares que podíamos haber elegido pero desechamos. Si el nuestro es el prado, contemplamos maravillados el hermoso paisaje que ofrece el risco. Si optamos por el risco, descubrimos de repente el frescor del agua junto al cauce del río. Si nos decidimos por el río, percibimos con sorpresa la calidez del prado.

La tentación de despreciar aquellos lugares que no son el nuestro es entonces grande. Tal vez porque en ese momento comenzamos a dudar de que nuestra elección fuera la acertada. Es posible que aún tengamos la posibilidad de cambiar de lugar. Pero quizás suceda que nos hayamos acomodado al nuestro y no nos resulte fácil decidirnos por el traslado, o simplemente que no encontremos suficientes motivos para hacerlo. Aun así dudamos. Por ello preferimos cerrar los ojos ante el horizonte abierto y ocultarnos su belleza. Mojamos un pie en el agua y queremos pensar que está demasiado fría. Nos tumbamos al sol y nos quejamos del calor, añorando la sombra.

Es aquí cuando nos equivocamos.
Porque sea cual sea el lugar en el que estemos, lo más honesto es reconocer que, pese a sus ventajas, pese a su bonanza, algo hemos perdido. Algo que es, cuanto menos, tan valioso como lo mejor del nuestro. ¿Negaremos que la calidez, la belleza, o el frescor, son deseables en sí mismos?

Otra cosa es que no tengamos más remedio que optar por uno de esos lugares, y que elegir uno implique renunciar a los otros.

Pero si negamos la pérdida que esa elección entraña, no sólo nos estaremos privando de la posibilidad, si es que aún nos queda, de habitar en otros lugares. También habremos empezado a negar a quienes, a diferencia de nosotros, los eligieron. Y con ellos negaremos en nosotros a los que nunca seremos pero podríamos haber sido.

Y entonces ya no sabremos ni quiénes somos.

jueves, 22 de marzo de 2007

Cerrado por ... ¿vacaciones?


Pues sí, anuncio que abandono por unos días la blogosfera porque cierta tarea importante me reclama. No sé si sabéis que hace ya bastantes años el ayuntamiento de Pisa, totalmente arruinado, proclamó que al no disponer de medios para enderezar su famosa torre, y estar ésta en peligro de derrumbe, había decidido incluir entre los servicios que cada uno de sus ciudadanos había de prestar a la ciudad el de contribuir a sostener la torre. Los ciudadanos empezaron a ser llamados por turnos para, durante un cierto número de días (dependiendo de su edad, talla, peso, complexión física...), situarse al pie de la Torre y apoyar su espalda contra el lateral que precisa de más soporte, a fin de evitar cualquier posible desmoronamiento. Cuando ya todos los habitantes de Pisa y alrededores habían cumplido religiosamente con esta tarea, el ayuntamiento pretendió iniciar una segunda ronda de llamadas, volviendo a empezar por el primero de la lista. Las protestas fueron multitudinarias. Los pisanos alegaban que si su famosa y querida torre era patrimonio cultural de la humanidad, toda la humanidad tenía que aportar su granito de arena. Y si no, la torre ya podía derrumbarse o ser utilizada como cohete espacial que a ellos les iba a dar exactamente igual. Así que finalmente el ayuntamiento de Pisa no tuvo finalmente más remedio que ponerse en contacto con organismos de alcance mundial y solicitar la inclusión de todos los habitantes del planeta tierra entre los futuros contribuyentes al sostén de la torre.


Bueno, pues resulta que este fin de semana me ha tocado a mí, y allá que me voy mañana, a cumplir gustosamente con mis obligaciones de ciudadana del mundo. Como soy un poco canija me han asignado solamente tres días, así que el lunes por la noche ya estaré de vuelta. Por supuesto no tendré posibilidades de conectarme a la red. Pero tranquilos, no hace falta que os pongáis verdes de envidia. Si podemos fiarnos del ayuntamiento de Pisa, a todos vosotros os llamarán tarde o temprano a colaborar en tan importante tarea.

Aquí os dejo una segunda foto del grupo de científicos que idearon este complejo sistema de soporte humano:


Y además una canción que me encanta, para que mi ausencia no se os haga tan larga y dolorosa ;P



Bueno, va, y otra más :-)


viernes, 16 de marzo de 2007

Carta a los invasores


Como ya lo hemos intentado por las malas y no hay tu tía, vamos a ver si por las buenas...


Queri...
Estima...
Hola a todos!

¿cómo estáis? (pues cómo van a estar, encantados de la vida, joder, aquí campando por sus fueros y pasándoselo pipa, que menuda fiestorra se están montando a mi costa los muy cafres). Yo, en fin, ya sabéis que no tan bien y por eso me he decidido a escribiros esta cartita.

Mirad chicos, lleváis conmigo desde el domingo y no digo yo que seáis una compañía del todo desagradable, no (¡y una leche!). A fin de cuentas, nunca viene mal eso de tener que descansar (por cojones, ¡claro!) durante unos días (¡con todo lo que tengo que hacer!), de encontrar la ocasión para mimarse un poquito, incluso de darse uno un pelín de lástima a sí mismo (je, esto pa' variar, ¿no?).

Por otra parte, entiendo que sería injusto echaros la culpa de nada. Que así os hicieron y por eso sois como sois, y no tenéis más remedio que ir migrando de cuerpo en cuerpo que amablemente (¡ja!) os acoja. Y que a lo mejor, si hubiérais podido elegir en el momento de la creación (ahí está la fuente de todos los males, ¡claro!, cagüendios ...), hubiérais optado por otro tipo de existencia menos movidita y aperreada (¿¿¿???). Es difícil para un humano ponerse en la piel (¿qué piel, idiota?) de formas de vida tan distintas como la vuestra, pero creo que si hago un pequeño esfuerzo puedo llegar a comprender que nada es tan fácil como lo pintan ni, por tanto, tampoco debe serlo para vosotros (y encima dándoles jabón... tú flipas, tía).

Ahora, ¿no creéis que ya lleváis conmigo demasiados días (o sea, que ya os habéis divertido bastante dándome por saco)? Quiero decir... que a mí no me importa ni me importaría teneros unos días más (¡por Dios que se vayan YA!), pero creo que ya casi que os debéis de estar aburriendo, ¿no?, que yo nunca he sido un cuerpo muy divertido que digamos y además a estas alturas seguro que lo tenéis muy visto y pocos misterios apasionantes puede ocultaros (por no hablar de todo lo que os habréis cargado por ahí dentro, ¿no, jodidos? que me habéis dejado hecha unas bragas).

Así que, sin ánimo de molestar ni ofender, os pediría que por favor (¡¡¡POR FAVOR!!!) os pensárais si no sería ya hora de empezar a buscar nuevos horizontes con mejores perspectivas de las que yo pueda ofreceros. Vamos, que lo digo sobretodo pensando en vosotros. Que yo os echaría de menos (jajajaja.... risa histérica) pero seguro que más adelante tendremos ocasión de volver a encontrarnos (ojalá nunca, pero no caerá esa breva, no...)

Atentamente,

Antígona

(¿¿¡¡Dónde coño está el termómetro!!?? Creo que estoy delirando...)

martes, 13 de marzo de 2007

Gravedad


En unos de los árboles que hay frente a mi ventana una pareja de pájaros ha empezado a construir un nido. Cuando me levanto por la mañana ya están ahí los dos, buscando incansablemente ramitas en los árboles de alrededor, trayéndolas al futuro nido, entrelazándolas con lo que comienza a ser su base. De cuando en cuando, uno de los dos se coloca encima, como si quisiera comprobar la resistencia del entramado que han ido tejiendo. La construcción avanza rápidamente, y parece que les apremiara la urgencia por terminar lo que será el cobijo de sus huevos primero y sus pollitos después.


No deja de sorprenderme verlos tan afanosos y trabajadores, tan entregados a su tarea. En ningún momento se detienen. Saben perfectamente lo que tienen que hacer y cómo hacerlo, y lo hacen. Sin más. Probablemente como cada primavera. La salida cada vez más temprana del sol, el mayor calentar de sus rayos, el incipiente verdor... todo un conjunto de factores dispara en ellos los resortes que los disponen a procrear sin tener que tomar ninguna decisión al respecto. Sin dudas ni vacilaciones. Sólo siguiendo los dictados de una naturaleza que, a través de ellos, manifiesta su poder.

Por un momento los imagino contentos, ilusionados con la perspectiva de su nueva familia. Al menos eso es lo que delatarían sus movimientos, tan vivos y diligentes. Luego pienso que no cabe alegría donde no ha habido elección, como tampoco cabe el miedo a equivocarse ni la sombra del fracaso.


Aun así, en parte los envidio. Quién no ha querido en algún momento verse liberado de este juego de la decisión al que estamos abocados. De las dudas perpetuas y de los temores que entraña. Quién no ha deseado alguna vez que los diversos caminos que siempre tenemos enfrente se redujeran a uno único y necesario. Así sabríamos, con la misma certeza que los guía a ellos en la construcción de su nido, cómo construir nuestra propia vida, cuál debe ser nuestro siguiente paso, ajenos a toda clase de zozobras y titubeos, a la preocupación por el desacierto y sus consecuencias.

Quién no ha soñado alguna vez con tener de antemano todas las respuestas. O mejor. Con la desaparición de todas las preguntas.


Pero si lo pienso bien, creo que lo que realmente les envidio es algo mucho más sencillo. Que esos pequeños cuerpecitos, también sin turbación, angustia o desasosiego alguno, sean capaces de burlar a cada instante una ley de la que nosotros sólo precariamente podemos escapar.

¿Hay alguien que no quisiera poder volar?

viernes, 9 de marzo de 2007

Ser mujer


Hoy reniego de mi condición de mujer. Mejor dicho, de mi constitución como mujer, ese perfecto cincelado que, a golpe de nenuco, barbie y cuento de hadas, ha grabado en mi corazón el deseo propiamente femenino, y ha modelado mi ser a la medida de los anhelos y necesidades que deben corresponder a mi sexo.


Hoy reniego de esa constitución que me ha condenado a esperar al príncipe azul. Que ha cifrado en él toda promesa de felicidad y pretende restar sentido a cada uno de los días que vivo en su ausencia. Que me erige en defensora y salvaguarda del Amor y me convierte en la víctima más propicia de sus desmanes. Que me obliga a angustiarme ante cada nueva arruga en mi rostro y el descenso en el mercado de valores que supone. Que me fuerza a temer el paso del tiempo sólo por no tener todavía el amante, el compañero, el marido que se supone merezco. Ése del que supuestamente depende la superación de todas mis carencias, que calmará mi sed de cariño y comprensión.

Hoy reniego de esa mujer en mí cuya autoestima se alimenta del deseo ajeno. La que sonríe si descubre que la miran. La que se alegra si le dicen un piropo. Esa mujer estúpida que se contempla y estudia en el espejo y se pregunta por qué otras sí y ella no, por qué tan mala suerte hasta ahora, y no quiere darse cuenta de que tiene mil razones para considerarse afortunada.

Hoy reniego de todos esos deseos de mujer que dicen ser íntimamente míos y mienten, que quieren llamarse legítimos y sólo me encarcelan. Esos deseos que me habitan desde niña únicamente porque otros se empeñaron en sembrarlos en mi pecho. Qué bien hicieron su tarea. Con cuánto mimo fueron abonando ese campo. Tanto que he llegado a pensar que arrancarlos significaría matar en mí todo impulso de vida.

Pero no. Hoy reniego y reclamo mi derecho a pisotearlos. Porque me ahogan. Y si algo necesito, antes que vivir a través del deseo, es respirar. Que no se me olvide nunca.

miércoles, 7 de marzo de 2007

Esto no es un post


-----------------------------------------------------------------------------

- Eh, tú, mira que post más guay me ha quedado.
- ...
- ¿A que sí? Si es que soy una artista...
- Antígona, ese post no tiene ningún sentido... y ahora déjame tranquila que tengo trabajo.
- Pero, ¿cómo que no tiene ningún sentido? A ver, Magritte quiere decir con ese cuadro que...
- Mira, Magritte quiere decir con ese cuadro que lo que en él aparece no es una pipa, sino la representación de una pipa. Con ello estaría apuntando a nuestra tendencia a confundir las cosas con las representaciones que nos hacemos de ellas, a no respetar la distancia que puede haber y de hecho hay entre las cosas y cómo nosotros las percibimos. Mientras que lo que tú has hecho sí es un post. Para que hubiera algún paralelismo entre el cuadro de Magritte y tu post, tú tendrías que haber hecho una representación de un post, para luego poder decir que eso no es un post, sino tan sólo su representación. Pero hacer una representación de un post... en fin, lo veo difícil, el post es ya en sí mismo una representación, gráfica, bidimensional... y no una cosa.
- .......... (¿¿¿¿¿¿???????)
- Bueno, y ahora déjame tranquila que ya te he dicho que tengo trabajo.
- No, no, pues ahora me lo explicas, ya que dices que el post no tiene sentido...
- Pero si te lo acabo de explicar, Antígona, todo radica en la diferencia entre algo y su representación, y lo que tú has hecho no tiene nada que ver con eso. Cuando Magritte pintó ese cuadro...
- A ti lo que te pasa es que te crees muy lista... tía sabionda.
- Pos bueno, si tú lo dices..., y ahora, con viento fresco...
- Y que tienes envidia de mi blog...
- Pero si también es mío, caray..
- Bueno, pues de que sólo yo escriba en él... excepto los memes, claro, que te los regalo todos...
- Venga Antígona, no te pongas borde, que sin mí tampoco puedes hacerlos...
- Ya ya, pero tú eres sólo la mano ejecutora, un instrumento a mi servicio, y las ideas son mías...
- Pues para ideas como esa ya te valía la pena estar calladita, ya...
- Tú qué sabras...
- Vale, yo no sé nada pero déjame estar, ¡¡¡que tengo que trabajar!!!
- ....
- ....
- Y además, si en algo valoras nuestro blog, ¿por qué no me has avisado antes de que lo colgara?
- Pero si te lo estoy diciendo, Antígona, suprímelo y ya está.
- Pues yo no lo suprimo, que ya está hecho y además me gusta.
- Pues haz lo que te dé la gana, pero ¡¡¡DEJAME TRABAJAR!!!
- YA TE DEJO... ¡¡¡PEDANTORRA INSOPORTABLE!!!
- ...
- ...
- ... El próximo meme se lo va a escribir quien yo me sé ...


Bueno, yo creo que esto con una pequeña modificación se arregla, ¿no?

Esto sí es un post


(ale!, arreglao)

domingo, 4 de marzo de 2007

Sunday boring sunday


Hoy ha dejado por fin de llover. Salgo a buscar el sol en la terraza de algún café. Aún estoy liándome el primer cigarrillo cuando aparece una pareja de mediana edad y se sienta frente a mí. Es evidente que, tal vez como cada domingo, se han echado a la calle a pasear su aburrimiento. A airearlo un poco del polvo doméstico a la luz radiante del mediodía. Porque de ese aburrimiento ya no se librarán. Hace ya mucho que se ha instalado entre ellos. Como un huésped indeseado ha invadido hasta el hueco que los separa cada noche en su propia cama, y en el tiempo vacío de los domingos aún se vuelve más molesto. Si no pueden deshacerse de él, habrá que entretenerlo un poco.


Él trata con una mezcla de desgana y desasosiego de matar el silencio, hablando de cualquier trivialidad a la que agarrarse por un momento. Ella intenta seguirle el juego, pero su falta de interés por lo que a duras penas llegar a ser una conversación es manifiesta, y su mirada vaga distraída por el resto de las mesas, como si sólo de ellas pudiera surgir algo digno de su atención. Qué más pueden decirse después de tantos años, de tantas decepciones mutuas. Cuando la camarera les sirve lo que han pedido sonríen. Con la boca llena sobran las palabras.

Junto a ellos, una pareja más joven. Aunque hace un rato parecían charlar animadamente, también ahora callan y se concentran en sus respectivos platos. Sólo tendrían que girar sus cabezas para contemplar el destino seguro que les espera. No seas cínica, me reconvengo. Seamos justos. Casi seguro.

Y yo, que a veces me lamento amargamente de mi soledad, hoy me siento acompañada por mi propio silencio. Al menos en él no claman reproches velados, ni contra él rebotan los de otro silencio. Al menos no tengo que cargar con la soledad ajena, que si habitara a mi lado tornaría la mía aún más dolorosa. Sólo debo enfrentarme, si acaso, con mi propio aburrimiento. Y nadie puede echarme calladamente la culpa del suyo.

jueves, 1 de marzo de 2007

Mememememememememememe...

Algunas aclaraciones previas importantes antes de empezar:

1. Antígona es la dueña y señora absoluta de este espacio. Queda dicho.

2. En principio, Antígona, que acaba de aterrizar por la blogosfera, no tiene ni historia, ni vida, ni gustos personales, ni ha trabajado nunca, ni come a diario ni... na de na. Vamos, que Antígona sólo pretende ser por el momento un ente abstracto que piensa, elucubra, fantasea... y poco más. Es posible que con el paso del tiempo, o incluso mañana mismo, Antígona se nos vaya volviendo poco a poco más humana, más definida... pero de momento así están las cosas.

3. Por ello, Antígona se ha visto en un pequeño aprieto: Duschgel le ha pasado un meme en el que tiene que contar algunas cosas que, dada su abstracción (la de Antígona, se entiende), se le escapan completamente. Así que tras darle muchas vueltas a la centrifugadora de su cabecita, al final Antígona ha decidido, AUNQUE SÓLO POR ESTA VEZ, dejarme salir a escena y darme la palabra para escribir este post. A mí. ¿Y quién soy yo? Pues la que en este momento teclea al ordenador... (jejeje)

4. Eso sí, Antígona me ha dado permiso para asomar la nariz únicamente a condición de que primero os diga: a) lo que os acabo de decir en los puntos anteriores; b) que ella no se hace para nada responsable de lo que a continuación aparezca, que eso sólo si acaso muy de refilón tiene algo que ver con ella... (ahora que no me oye... yo diría que Antígona está un pelín pirada, o se le ha subido la red a la cabeza... en fin ...)

Y ahora sí, vamos a ello:


Trabajos que he tenido:
(todos ellos se remontan a tiempos remotos, remotísimos... como veréis, interesantísimos y glamourosos a más no poder)

1. Au-pair: tenía 16 añitos, unas ganas locas de ver mundo y me fui a Londres con una idea muy pero que equivocada de lo que era este trabajo y víctima para más inri de un profundo desconocimiento de mí misma; porque no me gustan los niños, la única familia a la que he podido aguantar a duras penas es la mía propia y ¡odio los trabajos domésticos!; así que, como era previsible, lo pasé fatal aunque aguanté estoicamente el tiempo que me había propuesto quedarme; además, me pasó de todo menos que el "padre de familia" me hiciera proposiciones deshonestas...
2. Lavandera: ya, suena raro, os explico: seguían las ganas locas de ver mundo y me fui a trabajar a un campamento de verano en Estados Unidos; nuestra tarea consistía en cargar y descargar lavadoras con los inmensos sacos de ropa sucia de los niños pijos del campamento, luego a la secadora, plegar la ropa, volver a meterla en los sacos... vamos, un rollazo.
3. Camarera de hotel: otra vez en Londres (con lo que llueve en esa ciudad y yo qué amor le tenía... aún no lo entiendo), trabajé un par de meses en un hotel, con un grupo de portuguesas que no dejaban de pelearse entre sí (por eso aprendí tanto inglés...), preparando y sirviendo desayunos, poniéndo y quitando mesas, recogiendo la cocina... nada, otra lata.
4. Camarera de bar: esto ya en mi ciudad, durante unos cuantos años en los días de las fiestas locales trabajaba en un bar a turnos de 12 horas (en esos días no se cerraba a ninguna hora) sirviendo fundamentalmente chocolate con buñuelos; al final el olor a fritanga me impregnaba de tal manera que desde entonces no he vuelto a probarlos...


Películas que puedo ver una y otra vez:
(difícil realmente escoger, me gustan muchas y muy distintas; a ver, a ver...)

1. Gatacca: por razones que no vienen al caso la he tenido que ver un montón de veces y reconozco que nunca me he aburrido; tiene escenas visualmente impresionantes, la música es una maravilla, la historia conmovedora... vamos, que después de haberla visto tantas veces aún me pone en ocasiones la carne de gallina.
2. Los lunes al sol: habrá a quien le parezca un tostón pero a mí me encanta su ritmo lento, sus diálogos, y el personaje que representa Javier Bardem, tan irónico, tan solidario y tan buen tipo.
3. Casi todas de las antiguas de Woody Allen, tanto las cómicas como las más serias: Manhattan, Otra mujer, Delitos y faltas, Sueños de un seductor... sólo por nombrar algunas. De esta última, la escena de la llegada a casa del protagonista de la mujer con la que sus amigos quieren liarle me la sé de memoria y aún así, cada vez que la veo, me parto de risa.
4. El desencanto: vale, ya sé que soy una friki pero esta peli-documental sobre la familia Panero es una de las últimas que he visto que me ha dejado verdaderamente boquiabierta; desde luego, está claro que la realidad siempre supera a la ficción y los integrantes de esta familia son, sin excepción, más fascinantes que cualquier personaje cinematogrático que haya visto en los últimos tiempos.


Programas que me gustan:
(algunas temporadas de mi vida no he tenido tele, ahora mismo llevo casi un año sin ella, así que no sé si voy a estar muy al día...)

1. Doktor en Alaska: desde luego, mi serie favorita de todos los tiempos; varios veranos estuvieron reponiéndola de madrugada y no me perdía ni un capítulo; y el que trabajaba en la radio del pueblo, además de listo, estaba un rato bien.
2. Los Simpson: es verdad que cada capítulo lo han hecho ya tropecientas veces, y el chorra de Homer a veces me pone negra, pero tengo debilidad por estos garabatos.
3. Fragel Rock: uff, ya sé que esto es del año de la picor pero es que me lo pasaba pipa con estos muñecos y sus historias un tanto estrafalarias (me tengo que actualizar un poco...)
4. Aquí no hay quien viva: aquí coincido con Dusch, esta serie de personajes casi surrealistas me ha tenido muy pero que muy enganchada.


Platos favoritos:
(me está entrando un hambre sólo de pensar...)

1. Ensaladas: cualquier ensalada con todo tipo de productos de huerta, semillas de girasol o calabaza, un poco de queso fresco, y aliñada con aceite de oliva y vinagre balsámico de módena...mmm, me pirra lo verde y no tan verde.
2. Salmón: tanto fresco como ahumado, ya, un pelín caro, pero me chifla hasta el punto que del ahumado no puedo tener en casa; la última vez que compré me acabé el paquete de una sentada y me sentó como un tiro, claro.
3. Empanadillas: en principio de cualquier tipo, pero sobre todo las de espinacas con piñones, recién salidas del horno, jo qué buenas.
4. Revueltos y tortillas: los y las de verduras de todas clases, sobre todo champiñones, setas de cardo, calabacín, cebolla, con gambitas, trocitos de jamón,... menos la de patata, que no puedo con ella.


Sitios de internet que visito a diario:
(ésta es fácil, y me temo que no voy a ser muy original, la verdad...)

1. Mi cuenta de correo "seria".
2. Este blog, claro, desde que existe.
3. Todos los blogs que aparecen enlazados a esta página y algunos más (lo reconozco, esto se está transformando en una adicción)
4. El hotmail, mi otra cuenta de correo no tan seria.


Lugares donde me gustaría estar ahora:
(menos mal que éste es el último)

1. Pues aquí la verdad que estoy estupendamente, con un cafecito humeante, un cigarrito, mientras fuera hace un viento gélido y huracanado y encima llueve (brrrrr...).
2. En cualquier lugar soleado (por lo de antes, claro).
3. En la terraza de algún café en París, si cada café no costara 5 euros, claro, o yo fuera millonaria, o alguien me lo pagara...
4. Aquí voy a caer en el tópico, qué le vamos a hacer: acurrucada en la cama junto a alguien que se prestara de buen grado (y no me refiero ni a mi madre ni a algunas amigas)... Debo reconocer que a veces lo echo de menos.


Bueno, parece que ya está. La verdad que me ha costado un rato de hacer porque para lo de las listas de este tipo soy terrible: o bien me bloqueo totalmente y no sé qué poner o se me ocurren demasiadas cosas y no sé cuáles elegir.

Y ahora toca nombrar a los afortunados que me van a suceder en este meme... trrrrrrrrrr (redoble de tambores).... y las elegidas son....: Candela y Déjà vie y lo voy a dejar ahí porque como Antígona es aún novata en esto de los blogs tampoco es cuestión de abusar.


Y bueno, por mi parte me despido y veremos a ver si Antígona me deja aparecer alguna otra vez... la cascarrabias ésa...