Hace ya algunas semanas el doctor Lagarto me pasó un meme que consistía, según él mismo explica, en hacer algo así como un diccionario de filias y fobias de la A a la Z. Si he tardado tanto tiempo en recoger el testigo no es sólo por la pereza que me daba realizar este meme que se anticipa bastante largo, dado el número de referencias que debe contener, y que unido a mi general tendencia al exceso podía hacer de su lectura una verdadera tortura para vosotros. Se trata más bien de que no me siento cómoda a la hora de confeccionar un listado que presuntamente deba retratarme de un modo u otro. Pues ello implica -y más en este caso concreto en que rige el principio alfabético- una forzosa selección y jerarquización entre cosas a menudo igualmente valiosas desde diferentes puntos de vista que me parece tan difícil como innecesaria y falseadora. Además de que, particularmente, basta con que se me invite a pensar en cuáles son las cosas que más me motivan o dejan de motivar para que en mi cabeza se abra un vacío inmenso ante el que me siento impotente y desarmada.
Sin embargo, dado que en su día -digo yo que en un momento de enajenación transitoria :P- acepté el meme y no me gusta faltar a mi palabra, he decidido finalmente ponerme a ello. He preferido dejar de lado las fobias y lo que a continuación os presento es una especie de diccionario de filias literarias: se trata de aquellos escritores que más me han hecho disfrutar del placer de la lectura, con los que más creo haber aprendido sobre lo humano y lo divino, y sin cuyos libros este mundo sería para mí un lugar infinitamente más pobre y aburrido. De entre ellos, destacaré uno de cada escritor, aquél que por diferentes razones en cada caso ha constituido para mí algún referente señalado dentro de su obra. Vamos a ello:
Auster, Paul: Alguien me dijo una vez que las coincidencias que nos unían, pese a los muchos kilómetros que nos separaban, empezaban a parecerse a las que pueblan sus novelas. El azar es más decisivo en nuestras vidas de lo que nos gusta creer. Porque a veces trae consigo el infierno. Pero también el paraíso. Como en "El país de las últimas cosas".
Borges, Jorge Luis: ¿Qué pasaría si nuestra percepción del mundo no estuviera cercenada por el esquematismo de los conceptos? ¿Qué ocurriría si nuestra memoria, en lugar de ser pobre y selectiva, fuera capaz de retener y recrear hasta las más nimias diferencias de las innumerables hojas que posee un único árbol, o las de todos los árboles? Son las preguntas que laten entre las líneas de "Funes el memorioso".
Cortázar, Julio: No podía faltar aquí, conociendo como conocéis mi particular fascinación por él. Al igual que me fascina un personaje que aún no he mencionado nunca en este blog, el protagonista de "El Perseguidor", un saxofonista de Jazz peligrosamente proclive a perder su instrumento y capaz de atisbar los misterios del Tiempo a través de su música.
Dürrenmatt, Friedrich: Hizo explotar magistralmente los supuestos de la novela policíaca en "La promesa". No puede haber lugar para la casualidad en la lógica perfecta de los hechos que deben conducir al descubrimiento de un asesino de niñas. Lo siento, Dostoievski, pero es que ya estaban saliendo demasiados clásicos.
Ende, Michael: La nada que devora Fantasía en "La historia interminable" me plantó por primera vez, todavía siendo adolescente, ante la imagen del nihilismo, maravillosamente retratado en esta narración bicolor que es a un tiempo un genial elogio a la lectura y al poder de la imaginación.
Frisch, Max: La racionalidad sistemáticamente aplicada, la creencia en los puros hechos efectivos y contrastables de la mirada científica, nos ciega para lo más importante de nosotros mismos y de aquello que nos rodea. Éste será el doloroso pero vivificante descubrimiento del protagonista de "Homo Faber".
García Calvo, Agustín: La imposibilidad de definirnos sin matar algo esencial en nosotros, la lucha por abrirnos a la contradicción que nos devuelva a la vida, es el tema de su "Sermón de ser y no ser": "Yo soy el acto de quebrar la esencia: / yo soy el que no soy. Yo no conozco / más modo de virtud que la impotencia".
Houellebecq, Michel: La decadencia de Occidente anunciada por Spengler sigue su curso. Algo tan elemental como el cariño o la capacidad de entrega brillan por su ausencia en un mundo cada vez más gélido e inhabitable. Sus habitantes buscan el calor de lo humano en países lejanos. Lo he leído en su polémica novela "Plataforma". Al placer de su lectura he tenido la suerte de poder sumar el de interesantísimas discusiones sobre su sentido.
Iris Murdoch (perdón por la trampa, pero es que a John Irving aún tengo que leérmelo :P): Los sentimientos nacen puros pero acaban corrompiéndose encajonados en los patrones preestablecidos de las relaciones socialmente aceptadas. Leí incansablemente hace unos años las novelas de esta escritora irlandesa, capaz de desmenuzar con prodigiosa habilidad los perversos mecanismos que desembocan en la destrucción de los afectos y mantener en todo momento una mirada compasiva ante el desgarro y el sufrimiento que aquéllos generan. Por ejemplo, en "El príncipe negro".
Jelinek, Elfride: Aún estoy impactada por el descubrimiento de la prosa entrecortada y contundente, y aún así repleta de metáforas, de esta Premio Nobel austríaca en "La pianista", para mí un crudo y lucidísimo análisis de las relaciones de poder que atraviesan el amor y el sexo, por las que lo supuestamente más sublime deviene en algo sórdido y brutal. Fue espléndidamente llevada al cine por Michael Haneke en 2001.
Kafka, Franz: Nos duele la gran herida, una flor abierta en nuestro costado sembrada de gusanos para la que no existen bálsamos ni cirugías. Clamamos desesperados la ayuda de un médico. Nos gustaría arrancarle los ojos cuando nos dice lo que nunca desearíamos saber: nuestra herida no tiene cura. Así lo refleja "Un médico rural".
Lorca, Federico García: "Si tú vienes a la romería / a pedir que tu vientre se abra / no te pongas un velo de luto / sino dulce camisa de Holanda. / Vete sola detrás de los muros / donde están las higueras cerradas / y soporta mi cuerpo de tierra / hasta el blanco gemido del alba". Es el principio de una canción, a la que Paco Ibáñez puso música, de la tragedia "Yerma", mi particular puerta de entrada a la poesía hecha teatro.
Mann, Thomas: Una muchacha enamorada del intelecto de un hombre y del cuerpo de otro verá hecho realidad el sueño imposible de fundirlos en una sola persona. Sin embargo, "Las cabezas trocadas" nos enseña que la escisión siempre vuelve a aflorar. Mal que nos pese, la elección es inevitable, y con ella la pérdida.
Neruda, Pablo: Aún me recuerdo cruzando bien temprano aquel puente, camino de una facultad que ya odiaba, y recitando, al modo de un mantra salvífico que me protegiera de la jornada que empezaba, aquello de "Me gusta cuando callas, porque estás como ausente. / Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. / Parece que los ojos se te hubieran volado / y parece que un beso te cerrara la boca".
Ovidio: Dafne se transformó en laurel perseguida por Apolo. Narciso en flor, enamorado de su propio reflejo en el agua. Zeus se convierte en un hermoso toro para raptar a la bella Europa y también en cisne para poseer a Némesis. La magia y el misterio de la transmutación son la constante que da unidad al inmenso libro de las "Metamorfosis".
Proust, Marcel: El tiempo perdido puede recobrarse gracias a una simple magdalena o un ligero desnivel en el suelo. El tiempo cobra dimensiones insospechadas cuando un gesto inesperado nos devuelve aquel fragmento de vida largamente hundido en el olvido. Siete tomos marcan el comienzo y el final de una búsqueda. Pero también unas pocas palabras pueden regalarnos milagrosamente el hallazgo de aquello que, sin saberlo, siempre estuvimos buscando.
Rilke, Rainer Maria: Es, con mucho, el poeta que más he leído. Sus versos siempre crípticos y plagados de simbolismos nos enfrentan al reto de encontrar la llave que nos permita descifrarlos. Pero Rilke habla en el fondo, como todos los grandes poetas, de lo más básico y elemental de nuestra existencia. Sólo que eso tan básico y elemental es siempre lo más difícil de expresar y comprender. La elección en este caso no deja lugar a dudas: "Elegías de Duino".
Steinbeck, John: En un mundo injusto, donde una gran mayoría se ve abocada a la indigencia y la penuria, seguimos disponiendo de un recurso de incalculable valor: la solidaridad. Pocas escenas me han conmovido tanto como ésa en la que una joven madre cuyo primer hijo acaba de nacer muerto alimenta con la leche de sus pechos a un hombre famélico. En "Las uvas de la ira".
Tournier, Michael: Ese símbolo del progreso, el etnocentrismo, y el triunfo de la racionalidad occidental que es el Robinson Crusoe de Daniel Defoe aparece inteligentemente subvertido en la genial novela "Viernes o los limbos del Pacífico". Algo tenía el salvaje Viernes que enseñar a Robinson, aun cuando Defoe aún no pudiera intuirlo.
Unamuno, Miguel de: Un párraco carga en silencio con el dolor y la contradicción de su falta de fe mientras predica la palabra de Dios para hacer más soportable y llenar de esperanza la vida mísera de sus fieles. Es "San Manuel Bueno, Mártir", abandonado por Dios, solo ante el vacío y sacrificadamente encerrado en la mentira. Sus ojos tienen la hondura del lago, sus sermones alcanzan el pie de las montañas que rodean su pueblo.
Valleinclán: Imposible sustraerse a los encantos del único seductor en la historia de la literatura que cuenta con todas mis simpatías, ese Don Juan feo, católico y sentimental que fue el Marqués de Bradomín en sus "Sonatas".
Whitman, Walt: Todos somos en el fondo uno. A todos nos unen los mismos temores, las mismas angustias, los mismos anhelos. Sólo hace falta mirarnos a los ojos para reconocernos en cualquier otro, para hermanarnos con su alegría y su dolor. En esencia, todos somos tan parecidos como las "Hojas de hierba".
Yourcenar, Marguerite: Encontró una frase en una carta de Flaubert que puso en marcha su novela más famosa: "Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estuvo solo". En este momento habitó el emperador de sus "Memorias de Adriano".
Zweig, Stefan: Nuestras mejores intenciones pueden abocar al desastre. No cabe compensar la desgracia ajena prodigando afectos carentes del sustento de un sentimiento verdadero. El daño causado excederá con creces a la alegría e ilusión procuradas. Algo así ocurre en "La piedad peligrosa".
Y bueno, con esto doy por concluido el meme. Uff, ha sido realmente agotador, y eso que me he saltado la Q y la X, así que os libraré del castigo que supondría una nominación. ¡Y espero que no vuelva a caerme otro meme en mucho tiempo! :)
Sin embargo, dado que en su día -digo yo que en un momento de enajenación transitoria :P- acepté el meme y no me gusta faltar a mi palabra, he decidido finalmente ponerme a ello. He preferido dejar de lado las fobias y lo que a continuación os presento es una especie de diccionario de filias literarias: se trata de aquellos escritores que más me han hecho disfrutar del placer de la lectura, con los que más creo haber aprendido sobre lo humano y lo divino, y sin cuyos libros este mundo sería para mí un lugar infinitamente más pobre y aburrido. De entre ellos, destacaré uno de cada escritor, aquél que por diferentes razones en cada caso ha constituido para mí algún referente señalado dentro de su obra. Vamos a ello:
Auster, Paul: Alguien me dijo una vez que las coincidencias que nos unían, pese a los muchos kilómetros que nos separaban, empezaban a parecerse a las que pueblan sus novelas. El azar es más decisivo en nuestras vidas de lo que nos gusta creer. Porque a veces trae consigo el infierno. Pero también el paraíso. Como en "El país de las últimas cosas".
Borges, Jorge Luis: ¿Qué pasaría si nuestra percepción del mundo no estuviera cercenada por el esquematismo de los conceptos? ¿Qué ocurriría si nuestra memoria, en lugar de ser pobre y selectiva, fuera capaz de retener y recrear hasta las más nimias diferencias de las innumerables hojas que posee un único árbol, o las de todos los árboles? Son las preguntas que laten entre las líneas de "Funes el memorioso".
Cortázar, Julio: No podía faltar aquí, conociendo como conocéis mi particular fascinación por él. Al igual que me fascina un personaje que aún no he mencionado nunca en este blog, el protagonista de "El Perseguidor", un saxofonista de Jazz peligrosamente proclive a perder su instrumento y capaz de atisbar los misterios del Tiempo a través de su música.
Dürrenmatt, Friedrich: Hizo explotar magistralmente los supuestos de la novela policíaca en "La promesa". No puede haber lugar para la casualidad en la lógica perfecta de los hechos que deben conducir al descubrimiento de un asesino de niñas. Lo siento, Dostoievski, pero es que ya estaban saliendo demasiados clásicos.
Ende, Michael: La nada que devora Fantasía en "La historia interminable" me plantó por primera vez, todavía siendo adolescente, ante la imagen del nihilismo, maravillosamente retratado en esta narración bicolor que es a un tiempo un genial elogio a la lectura y al poder de la imaginación.
Frisch, Max: La racionalidad sistemáticamente aplicada, la creencia en los puros hechos efectivos y contrastables de la mirada científica, nos ciega para lo más importante de nosotros mismos y de aquello que nos rodea. Éste será el doloroso pero vivificante descubrimiento del protagonista de "Homo Faber".
García Calvo, Agustín: La imposibilidad de definirnos sin matar algo esencial en nosotros, la lucha por abrirnos a la contradicción que nos devuelva a la vida, es el tema de su "Sermón de ser y no ser": "Yo soy el acto de quebrar la esencia: / yo soy el que no soy. Yo no conozco / más modo de virtud que la impotencia".
Houellebecq, Michel: La decadencia de Occidente anunciada por Spengler sigue su curso. Algo tan elemental como el cariño o la capacidad de entrega brillan por su ausencia en un mundo cada vez más gélido e inhabitable. Sus habitantes buscan el calor de lo humano en países lejanos. Lo he leído en su polémica novela "Plataforma". Al placer de su lectura he tenido la suerte de poder sumar el de interesantísimas discusiones sobre su sentido.
Iris Murdoch (perdón por la trampa, pero es que a John Irving aún tengo que leérmelo :P): Los sentimientos nacen puros pero acaban corrompiéndose encajonados en los patrones preestablecidos de las relaciones socialmente aceptadas. Leí incansablemente hace unos años las novelas de esta escritora irlandesa, capaz de desmenuzar con prodigiosa habilidad los perversos mecanismos que desembocan en la destrucción de los afectos y mantener en todo momento una mirada compasiva ante el desgarro y el sufrimiento que aquéllos generan. Por ejemplo, en "El príncipe negro".
Jelinek, Elfride: Aún estoy impactada por el descubrimiento de la prosa entrecortada y contundente, y aún así repleta de metáforas, de esta Premio Nobel austríaca en "La pianista", para mí un crudo y lucidísimo análisis de las relaciones de poder que atraviesan el amor y el sexo, por las que lo supuestamente más sublime deviene en algo sórdido y brutal. Fue espléndidamente llevada al cine por Michael Haneke en 2001.
Kafka, Franz: Nos duele la gran herida, una flor abierta en nuestro costado sembrada de gusanos para la que no existen bálsamos ni cirugías. Clamamos desesperados la ayuda de un médico. Nos gustaría arrancarle los ojos cuando nos dice lo que nunca desearíamos saber: nuestra herida no tiene cura. Así lo refleja "Un médico rural".
Lorca, Federico García: "Si tú vienes a la romería / a pedir que tu vientre se abra / no te pongas un velo de luto / sino dulce camisa de Holanda. / Vete sola detrás de los muros / donde están las higueras cerradas / y soporta mi cuerpo de tierra / hasta el blanco gemido del alba". Es el principio de una canción, a la que Paco Ibáñez puso música, de la tragedia "Yerma", mi particular puerta de entrada a la poesía hecha teatro.
Mann, Thomas: Una muchacha enamorada del intelecto de un hombre y del cuerpo de otro verá hecho realidad el sueño imposible de fundirlos en una sola persona. Sin embargo, "Las cabezas trocadas" nos enseña que la escisión siempre vuelve a aflorar. Mal que nos pese, la elección es inevitable, y con ella la pérdida.
Neruda, Pablo: Aún me recuerdo cruzando bien temprano aquel puente, camino de una facultad que ya odiaba, y recitando, al modo de un mantra salvífico que me protegiera de la jornada que empezaba, aquello de "Me gusta cuando callas, porque estás como ausente. / Y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca. / Parece que los ojos se te hubieran volado / y parece que un beso te cerrara la boca".
Ovidio: Dafne se transformó en laurel perseguida por Apolo. Narciso en flor, enamorado de su propio reflejo en el agua. Zeus se convierte en un hermoso toro para raptar a la bella Europa y también en cisne para poseer a Némesis. La magia y el misterio de la transmutación son la constante que da unidad al inmenso libro de las "Metamorfosis".
Proust, Marcel: El tiempo perdido puede recobrarse gracias a una simple magdalena o un ligero desnivel en el suelo. El tiempo cobra dimensiones insospechadas cuando un gesto inesperado nos devuelve aquel fragmento de vida largamente hundido en el olvido. Siete tomos marcan el comienzo y el final de una búsqueda. Pero también unas pocas palabras pueden regalarnos milagrosamente el hallazgo de aquello que, sin saberlo, siempre estuvimos buscando.
Rilke, Rainer Maria: Es, con mucho, el poeta que más he leído. Sus versos siempre crípticos y plagados de simbolismos nos enfrentan al reto de encontrar la llave que nos permita descifrarlos. Pero Rilke habla en el fondo, como todos los grandes poetas, de lo más básico y elemental de nuestra existencia. Sólo que eso tan básico y elemental es siempre lo más difícil de expresar y comprender. La elección en este caso no deja lugar a dudas: "Elegías de Duino".
Steinbeck, John: En un mundo injusto, donde una gran mayoría se ve abocada a la indigencia y la penuria, seguimos disponiendo de un recurso de incalculable valor: la solidaridad. Pocas escenas me han conmovido tanto como ésa en la que una joven madre cuyo primer hijo acaba de nacer muerto alimenta con la leche de sus pechos a un hombre famélico. En "Las uvas de la ira".
Tournier, Michael: Ese símbolo del progreso, el etnocentrismo, y el triunfo de la racionalidad occidental que es el Robinson Crusoe de Daniel Defoe aparece inteligentemente subvertido en la genial novela "Viernes o los limbos del Pacífico". Algo tenía el salvaje Viernes que enseñar a Robinson, aun cuando Defoe aún no pudiera intuirlo.
Unamuno, Miguel de: Un párraco carga en silencio con el dolor y la contradicción de su falta de fe mientras predica la palabra de Dios para hacer más soportable y llenar de esperanza la vida mísera de sus fieles. Es "San Manuel Bueno, Mártir", abandonado por Dios, solo ante el vacío y sacrificadamente encerrado en la mentira. Sus ojos tienen la hondura del lago, sus sermones alcanzan el pie de las montañas que rodean su pueblo.
Valleinclán: Imposible sustraerse a los encantos del único seductor en la historia de la literatura que cuenta con todas mis simpatías, ese Don Juan feo, católico y sentimental que fue el Marqués de Bradomín en sus "Sonatas".
Whitman, Walt: Todos somos en el fondo uno. A todos nos unen los mismos temores, las mismas angustias, los mismos anhelos. Sólo hace falta mirarnos a los ojos para reconocernos en cualquier otro, para hermanarnos con su alegría y su dolor. En esencia, todos somos tan parecidos como las "Hojas de hierba".
Yourcenar, Marguerite: Encontró una frase en una carta de Flaubert que puso en marcha su novela más famosa: "Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento único en que el hombre estuvo solo". En este momento habitó el emperador de sus "Memorias de Adriano".
Zweig, Stefan: Nuestras mejores intenciones pueden abocar al desastre. No cabe compensar la desgracia ajena prodigando afectos carentes del sustento de un sentimiento verdadero. El daño causado excederá con creces a la alegría e ilusión procuradas. Algo así ocurre en "La piedad peligrosa".
Y bueno, con esto doy por concluido el meme. Uff, ha sido realmente agotador, y eso que me he saltado la Q y la X, así que os libraré del castigo que supondría una nominación. ¡Y espero que no vuelva a caerme otro meme en mucho tiempo! :)
22 comentarios:
¿Concluido?. Quizás sería interesante repetir la lista, con los mismos nombres propios, intentando buscar i caricaturizar(¿hasta lo grotesco?) aquello que no nos acaba de gustar de ellos.
Sin dudas, lograste intelectualizar los memes.
:)
Excelente panoplia de autores, Antígona; muy interesante selección.
Me he detenido sobre todo en Friedrich Dürrenmatt, del que he leído "El perro", "La ciudad" y "El atasco", pero ese libro que describes tiene toda la pinta de ser una obra muy interesante para un devorador de novela negra como yo, así que buscaré "La promesa". Gracias de antemano por el placer de leerla.
Joder, Dersu, como si esto no hubiera sido ya poca faena y ahora vas y me pones más deberes :P
No dudo que lo que propones fuera interesante, claro que no. Pero de las cosas, y en este caso, libros que me gustan tiendo a acordarme de lo bueno y no de lo malo, de manera que me resultaría difícil hacer lo que propones sin volver a leer cada uno de ellos. ¡Y eso es una tarea ingente! Que por desgracia, ahora mismo, no me puedo permitir y no, desde luego, por falta de ganas.
Tenemos pendiente el asunto de lo grotesco, lo sé. Pero debo admitir que, por alguna razón, este concepto se me resiste. ¿Por qué no haces algo tú al respecto en tu blog y así me das un punto de partida? :P
¡Un beso!
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Ay, Arcángel, es que no me gusta hablar aquí de mi vida privada y aceptar un meme implica entonces tener que buscarse alguna estrategia para no mostrar demasiado de ella ;)
¡Un beso!
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Me alegro de que te guste, Carrascus, muchas cosas se quedan en el tintero, claro, pero eso es inevitable.
Yo también he leído más cosas de Dürrenmatt, aunque ninguno de los libros que citas. De "La Promesa" se hizo una película hace no muchos años protagonizada por Jack Nicholson, si no recuerdo mal, pero nunca llegué a verla. Creo que fue lo primero que leí de él, y me gustó mucho. Pero también me encantaron "La sospecha" y dos obras de teatro tituladas "La visita de la vieja dama", una tragedia en toda regla que incluso imita el formato de las tragedias griegas, y "Los físicos", una comedia desternillante pero con un trasfondo reflexivo muy interesante. Trataré de encontrar las que tú mencionas, porque nada que haya leído de Dürrenmatt me ha decepcionado.
¡Un beso!
que aplicado alumno!
creo que este post es muy interesante: lo leeré con detenimiento y más tiempo...
ya vuelvo!
Muy interesante su diccionario, doctora Antígona. Y bien repartido, sí. Tomo nota de los que no conozco (Dürrenmatt y Jeninek) porque sus gustos literarios son garantía para mí. Y me tatúo en la frente aquellos que aun no he leído y llevo tiempo queriendo hacerlo (Frisch, Tournier y Zweig).
Su biblioteca debe ser de lo más interesante, doctora. Casi tanto como sus cajones privados.
Un beso, Antígona.
Ufff si es que coincidimos tanto que si lo digo va a sonar a peloteo y ya sabes, odio esas cosas... jeje
A Torunier lo desconozco y a Frisch... Mann no es de mis preferidos, ni Neruda, ni Proust, Ovidio lo tengo abandonado años ha... pero con la mención de Lorca, Murdoch, Valle y García Calvo y el Perseguidor, ays, te daría un beso en los morros, casto pero en los morros!! jajaja.
Y entiendo lo de las listas, cuando intento elaborarlas me sucede lo mismo que a ti junto con una sensación espantosa de vacío por lo que aún me queda y los que olvido.
Beso con boli y papel rayado.
Una visita instructiva y reveladora. La introspección que realizas en algunos textos, la seriedad con que te diriges a los lectores a veces quedan de pronto suavizadas por la elección de Ende, o del sufriente San Manuel, por no hablar de esa vena agitada de sentidos que se inclina como junco ante Lorca.
Un saludo :)
Anti de veras que pareces la enciclopedia británica....qué lista eres jo!
besos!!
A
Más que el impresionante listado, del que algo ya sabíamos por este blog, sorprende, una vez más, la interiorización que haces del mismo. Cual modélica y pulcra alumna consigues continuamente escudriñar los textos y sacar esa sustancia gorda que a muchos se nos escapa.
Por esta vez me aplicaré el cuento, y en mi papel de alumno, iré profundizando en su listado.
Me marcho ya que tengo tarea;)
Un beso, de entusiasmo
Cacho de pan, es que una siempre fue buena alumna, y se esfuerza por seguir siéndolo :)
Vuelve cuando puedas y quieras, que el post seguirá aquí colgado.
¡Un beso!
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Me alegro, doctor Lagarto, de que mi diccionario le parezca interesante, y más siendo usted el responsable de que me haya puesto a hacerlo. A Dürrenmatt hace ya años que no he vuelto a leerlo, pero como le decía a Carrascus, ninguna de sus novelas u obras de teatro me han decepcionado. Jelinek es, por el contrario, un descubrimiento reciente y su prosa me ha sorprendido muy gratamente. Eso sí, la novela que cito no es para estómagos delicados, aunque me imagino que el suyo debe de andar bastante curtido. En cuanto al resto, si piensa tatuarse su nombre, busque un lugar más discreto que la frente, hombre, no vaya a ser que luego le resulten poco favorecedores :P
Mi biblioteca cuenta con muchos menos libros de los que desearía, por desgracia. En cuanto a mis cajones privados... con el batiburrillo que tengo cualquiera sabe lo que se puede encontrar en ellos, y a lo mejor nada agradable :P
¡Un beso, NoSurrender!
Si ya te decía yo, Margot, que mucho tendríamos que contarnos delante de unas cañas y unas gambas en cualquier bar de Malasaña ;)
A Tournier y a Frisch no puedo dejar de recomendártelos. Del resto, bueno, en concreto Neruda pertenece a una época ya muy lejana de mi vida y no es hoy por hoy de mis autores favoritos. Pero Mann, Proust y Ovidio son intocables, eh?, así que ojito con lo que decimos de ellos :P
¿Así que ti también te fascina la Murdoch? Conozco poca gente que la haya leído, por alguna razón sus libros dejaron de reeditarse y hace no mucho era difícil encontrar nada de ella, cosa que siempre me ha extrañado. Con sus novelas no sólo he disfrutado mucho, sino que creo que creo que pueden aprenderse grandes verdades acerca de las relaciones humanas.
¿Beso en los morros pero casto? Pues venga: Muackss!! :)
¡Y otro beso en papel cuadriculado!
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Me alegro de que te lo parezca, Mityu. La introspección no me ha resultado difícil porque todos ellos son libros que en algún momento u otro de mi vida me calaron hondo o me impresionaron por lo mucho que me revelaron. Y de esa lista no podían faltar, obviamente, descubrimientos de juventud como Ende o el San Manuel de Unamuno. Y Lorca, ay, reconozco que caigo rendida ante las pasiones convulsas del teatro lorquiano, sí :)
¡Un beso!
¡Anita! Sin exagerar, mujer, que seguro que si te ponías a hacer el recuento de tus autores favoritos te salía una lista aún más interesante que ésta. Que tú eres una tía muy leída y escribida :)
¡Un besazo!
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Marc, te digo lo mismo que a Ana, si te pusieras a pensar con detenimiento, remontándote a lecturas que han tenido alguna importancia para ti a lo largo de tu vida, te saldría un listado similar. Cualquiera al que le guste leer va acumulando con los años más autores y títulos de lo que se pueda imaginar en un primer momento. Y es que lo difícil es acordarse de ellos, porque muchos títulos se nos desdibujan en la memoria, sobre todo si no tenemos los libros físicamente a mano.
No sé si habré logrado sacar esa sustancia gorda a la que aludes, los libros tienen múltiples lecturas y pueden representar cosas muy distintas para diversos lectores. Pero sí he querido destacar aquello por lo que mejor los recuerdo, o la imagen primera que se me viene a la cabeza cuando pienso en ellos.
Que disfrutes de tu tarea, Marc, ya me contarás ;)
¡Un beso lector!
Hmmm...En verdad, ardúo trabajo. La mayoría los conozco sólo de oídas y a alguno de leídas.
¡Vaya encarguitos que recibes!
¡Dios mío, qué trabajazo! Eso es llevar un meme a cumbres prácticamente inalcanzables. ¡Suerte que no lo has pasado!
¡Un beso de curranta hasta el último pelo de la cabeza!
Pedazo de meme, muñeca!
Suerte que no lo pasas a nadie. Nadie podria hacelo más que tú! (Por cierto, yo te debo uno).
Tu meme-abecedario es un lujo!
Te "castigás" con nombres de super alto vuelo.
Es un placer que en una persona se deletreen las letras con esta calidad literaria.
No era de extrañarse, con la altura de tus posts!!!
Me alegro de tenerte entre mis enlaces!
besotes!
uala menudo nivel d meme!! yo mejor q no escriba demasiado dspues de leer tu megameme. Bsitos
Bueno, Juan Rafael, la verdad es que el meme se podía hacer de muchas maneras y yo simplemente he seguido la línea que marcara en su día el doctor Lagarto. Pero sí, creo que me hubiera ahorrado un pelín de faena si lo hubiera planteado de otro modo ;)
¡Un beso!
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Pues sí, Dusch, agradece que no lo haya pasado porque tú eras una de mis candidatas a recibir el encargo :P
Hubiera estado interesante ver el enfoque que le dabas. Pero la próxima vez será, que ya sé que últimamente estás hasta arriba de faena :)
¡Un gran beso, niña!
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¡Gracias, muñeco! :P
Venga Veí, que un hombre tan leído como tú le hubiera dado mil vueltas a este meme. Y tú eras también otro de los candidatos. Así que date prisa con el que me debes que si no me lo pienso otra vez y te paso esta tortura de meme :P
¡Un beso!
Ay, el nombre, que me están subiendo los colores :)
De castigo ninguno, eh?, que si los grandes son grandes, es porque con ellos con quien más acaba disfrutándose del placer de la lectura. Así que este meme ha sido, si acaso, un ejercicio de hedonismo. Lástima que el día no tenga más horas para estar tirado en el sofá leyendo. ¿Que no conocerás a algún millonario de buen ver que me retire de trabajar? ;)
¡Besos besos!
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Déjà, mujer, que aquí siempre puedes escribir tanto como quieras, ya lo sabes. ¡No será por falta de excesos verborreico-escriturales en este blog! :P
Ando estos días un tanto desconectada, pero en cuanto vuelva me paso por tu casa, que con tanto curro como llevo hace mil años que no te hago una visita.
¡Besos, guapetona!
Logrado!, sentido, coincido en muchas cosas.
Saludos y felicidades, apuntaré tu sitio para seguir visitándolo.
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